23 marzo 2006

Bolivia: el Mar pasa por Perú

Estamos viviendo un momento entusiasmante y delicado con Bolivia. Lo primero, porque, tras las crisis del sexenio pasado, los dioses de la polémica están cansados y la opinión pública binacional disfruta del carisma andino de Evo Morales y la calidez humana de Michelle Bachelet. Todos entienden que es mejor conversar sobre la aspiración marítima boliviana desde la amistad formalizada -con relaciones diplomáticas- que desde la enemistad informal que nos manifestara Carlos Mesa.
Pero como solía advertir el ex canciller Carlos Martínez Sotomayor, para no reincidir en el error estratégico de crear expectativas infundadas, lo delicado está en regular los entusiasmos. Así lo recordó ayer el canciller Alejandro Foxley, al apuntar que "para no frustrar a nuestros pueblos" no hay que confundir una meta con un primer paso.
Aun aceptando que el Tratado de 1904 es revisable de común acuerdo (intangible sólo es la divinidad), nadie debe olvidar los dos puntos básicos de cualquier negociación: a) una salida "soberana y útil" para Bolivia sólo podría hacerse por territorios ex peruanos y b) para ceder esos territorios no nos mandamos solos: requerimos la voluntad de Perú, en virtud de una cláusula del Tratado de 1929 propuesta, al parecer, por el ex canciller chileno Conrado Ríos Gallardo.
Para no volver a los exasperantes juegos del pasado, debemos recordar que el "abrazo de Charaña" de 1975, con militares gobernando en los tres países concernidos, marcó un momento de máximo sinceramiento. En lo principal, mostró que Chile podía negociar una salida soberana al mar para Bolivia. Pero también mostró, de manera simultánea, que el Perú rechazaba la alternativa simple de decir "sí o no". Su gobernante, el general Francisco Morales Bermúdez, aprovechó la coyuntura para manifestar aspiraciones propias sobre Arica, bajo la forma de un polo de desarrollo trinacional.
Por cierto, la creación de expectativas infundadas se vincula con la carencia de una doctrina nacional en forma respecto de la pretensión de Bolivia. A fines del sexenio pasado, tal déficit se manifestó en la invocación de la bilateralidad como una suerte de dogma diplomático y en la relativa pasividad de los partidos de la Concertación ante las visitas de Ricardo Lagos a Bolivia y de Evo Morales a Chile.
Por ese vacío se coló la manifestación con que nuestra minoritaria izquierda extrasistémica recibió al Presidente boliviano. Ese 10 de marzo, con el terreno político a su disposición, cinco mil personas lo ovacionaron y su eslogan "mar para Bolivia" recorrió el mundo. Muchos chilenos se sorprendieron ante tan estupendo regalo internacionalista. La sorpresa aumentó cuando el ex jefe naval y senador UDI, Jorge Arancibia, se manifestó dispuesto a negociar una salida soberana al mar.
En rigor, la izquierda extrasistémica sólo demostró que no tenemos una posición monolítica sobre un tema "duro" de conquista y soberanía. Sin embargo, el canciller boliviano, David Choquehuanca, entendió su gesto como una posición global del "pueblo chileno", concordante con "el apoyo total" que recibieron de los otros invitados a la transmisión del mando. El Presidente Morales, por su lado, ya comunicó a sus diplomáticos que las relaciones con Chile deben vincularse a la solución del problema marítimo.
Por lo señalado, y aunque la emergencia de Ollanta Humala parezca una mala señal, Chile debiera explorar la posibilidad previa de una política común con el Perú. Al respecto, es sabio el reconocimiento anterior del ex canciller Gabriel Valdés sobre la "trilateralidad" del problema. También es preciso estudiar la conveniencia de someter cualquier eventual acuerdo a la ratificación ciudadana, como dijo el diputado y ex diplomático Jorge Tarud.
En definitiva, nuestra Presidenta tendrá que persuadir a su colega Morales de que el restablecimiento de relaciones diplomáticas es un must para Chile, pero no nos permite ir más allá de lo que es legal y políticamente posible. El espacio decisorio es estrecho para expectativas demasiado anchas.
fuente: Diario La Tercera de Chile

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7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

siempre se ha sabido que el problema del mar para Bolivia, es un problema que involucra al Perú, pues si dependiera de Chile solamente tal vez los bolivianos ya tendrían que rato una salida soberana al mar.

23 marzo, 2006  
Anonymous Anónimo said...

pienso que está bueno esta cuestión centenaria, Chile debiera cerrar la puerta definitivamente pues esto no tiene solución.

23 marzo, 2006  
Anonymous Anónimo said...

creo que el gran problema no somos nosotros sino que Perú nunca permitirá que le demos un corredor al norte a Bolivia.

24 marzo, 2006  
Blogger Enzo Antonio said...

El presidente de Bolivia Evo Morales ha condicionado la reanudación de relaciones exteriores con Chile a una salida soberana al mar con lo cual cierra cualquier entendimiento, pues es inaceptable para nuestro país tal condición. El hecho que un grupo minoriatario que por simpatizar con el presidente boliviano hayan gritado mar para Bolivia, no significa que sea el sentimiento mayoritario de los chilenos que sin embargo no estamos cerrados en abrir puertas de entendimiento. Además la solución marítima pasa necesariamente por un acuerdo con Perú, pues Chile no puede regalar territorios que alguna vez fueron peruanos. Menudo problema que no se arregla celebrando días del mar en Bolivia ni arengando una vez más contra Chile.

24 marzo, 2006  
Anonymous Anónimo said...

yo creo que esto no tiene solución a no ser que Bolivia pretenda partir a Chile en dos.

24 marzo, 2006  
Anonymous Anónimo said...

ni un centímetro de territorio ni un milímetro de mar.

26 marzo, 2006  
Blogger Enzo Antonio said...

en una encuesta publicada hoy día en el diario La Tercera un 62 por ciento de los chilenos se opone a ceder territorio aún si se recibe una compensación. En la misma encuesta el 75 por ciento está de acuerdo en buscar una solución a una salida al Pacífico, pero esa misma mayoría se opone si es a cambio de una cesión territorial. Creo que el camino va por un uso libre del puerto de Arica.

26 marzo, 2006  

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